En 1910, después de varios intentos por sacarse al dictador Porfirio Díaz, los mexicanos de ese tiempo, al grito de ¡Sufragio Efectivo, No Reelección! decidieron dar fin a una dictadura de mas de 30 años en la que habían sumido a la mayoría de los pobladores en la miseria con condiciones de vida lamentables, con una represión desatada contra todas las expresiones de inconformidad y con la única salida que encontraron que fueron las armas para acabar de una vez por todas con esa dictadura. El resultado de estas luchas fueron mas de un millón de mexicanos muertos y sus vidas se concretaron en la Constitución de 1917 y en el desarrollo de los gobiernos posrevolucionarios hasta 1940. A partir de esta fecha en la que entraba a gobernar Manuel Avila Camacho del PRI recién nombrado de este modo, la Revolución empezó a retroceder y su primer impacto fue frenar la Reforma Agraria y establecer una política económica de industrialización de sustitución de importaciones, tomando como elemento de financiamiento el excedente producido en la producción agropecuaria de los campesinos y capitalistas agrícolas, así como aprovechar la coyuntura en la que Estados Unidos entraba a la Segunda Guerra Mundial y se desatendía de nosotros. El impacto de estas políticas fue marcando fuertemente la dependencia externa del país, al sustituir importaciones de bienes de consumo y no de bienes de capital y a no devolver a la producción del campo el excedente producido por la incipiente industria a fin de que éste continuara con sus niveles de producción para el consumo y para la industria. Los problemas favorecidos por este modelo económico propició las migraciones del campo a la ciudad y el abandono paulatino del campo para dar origen a la proletarización de los campesinos y jornaleros, al crecimiento de la ciudad y a la aparición de nuevos problemas que son propios de las grandes ciudades, como la falta de servicios, vivienda, empleo seguro, salud, etc.
Al término del Gobierno de Calderón, la situación del país no puede ser menos próspera, pues se terminó de abandonar al campo y ahora para tener el suficiente maíz para nuestra alimentación lo tenemos que importar; sigue habiendo graves problemas de empleo, los niveles económicos de la mayoría del país son precarios, se ha vendido casi todo el patrimonio nacional a las trasnacionales y ricos del país, se ha concentrado tanto la riqueza que ahora presumimos de tener a 2 o 3 personas mas ricas del mundo,contra los millones de mexicanos que padecen de este modelo económico. Nuestra industrialización continuó, pero la principal producción y exportación viene de las grandes empresas trasnacionales y los beneficios de todo esto se quedan en algunos pocos de mexicanos y extranjeros.
Finalmente terminamos el sexenio dejando una estela de muertos provocada por la lucha contra el narcotráfico después de cinco años, la situaciones no ha cambiado mucho, pues no derrotaron al narcotráfico, invirtieron muchos recursos materiales, humanos y financieros y para colmo los Estados Unidos legaliza la mariguana haciendo de esta guerra una matanza inútil, pues al final los gringos podrán seguir comprando, distribuyendo y consumiendo drogas. El resultado de estas luchas contra el narcotráfico fue mas de 80 mil muertos, represión a las organizaciones sociales y a los que se oponen a estas políticas, fraudes electorales y mucha pobreza.
¿Será que la historia se repite y es cíclica? ¿será que no hemos enconrado el camino? ¿será que no hemos aprendido y siempre se salen con la suya los poderosos? ¿tenemos ejemplos de lucha en nuestro país para cambiar las cosas? ¿ los acontecimientos históricos de lucha de nuestro país no nos ha enseñado que hacer?
Pensemos entre todos, podría surgir la luz en este tunel que parece no tiene salida.
Lic. Samuel Rodríguez de Landa
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